De unos años para acá, las pautas de convivencia entre las personas han cambiado de una forma extraordinaria. Los cambios se han ido produciendo poco a poco, dia a dia, de una forma casi imperceptible. Pero no por imperceptibles han dejado de producirse. El desgaste de la convivencia, sobre todo entre las familias, no se puede ignorar. Decenas, cientos de padres de familias se quejan amargamente de que la relación con sus hijos se ha ido deteriorando paulatinamente hasta practicamente, desaparecer. Evidentemente la pandemia, la Covid ha tenido mucho que ver en el asunto. Pero no ha sido el culpable absoluto. Podriamos decir que ha sido la gota que ha colmado el vaso, pero el desgaste ya venia de lejos.
Los jovenes cada vez más han ido olvidandose de las relaciones fisicas. Del contacto con los padres. De la interacción con los hermanos. De los encuentros reales con personas reales. Y con la pandemia han salido a relucir todos los problemas que habian ido creciendo poco a poco.
Y ahora nos preguntamos porqué de pronto, nuestros hijos, que no salen a cenar a restaurantes (obviamente porque muchos de ellos no tienen recursos para hacerlo), que no salen a comer con los amigos (obviamente porque muchos de ellos no tienen trabajo y consecuentemente dinero para hacerlo) se van de casa cuando se pone el sol a apedrear a la policia.
Vamos a ver…si llevan meses por no decir años encerrados en su habitación de dos por dos
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