No vemos a simple vista en este cava un rosado penetrante. No es el caso. Podríamos imaginarnos el color que presenta una cebolla, con ese punto marrón rojizo y quizás nos acercaríamos más a lo que vemos en botella. Una vez escanciada en copa podemos observar una persistente burbuja, pequeña. Contundente, abundante y vivaz, de esas que tanto nos gustan a nosotros.
Sin nos acercamos la copa a la nariz, la cosa olorosa se nos presenta potente, real e intenso. Huele a lo que debe. Un poco más allá aparece la fruta, en especial fresa, fruta roja y carnosa que, junto al toque suavemente floral, algunas hierbas aromáticas silvestres y un punto de avellana tostada, nos redondea absolutamente el sorbo que se avecina.
Y lo que se avecina es el sorbo. Sorbo de entrada fresca, frutal, con esa fruta roja que hemos encontrado en nariz, con un ligerísimo toque acido, y final alborotado, con una burbuja pequeña que pelea golpeando nuestra lengua y paladar y finalizando con un toque seco.
Un cava que, en definitiva, si os encontráis en vuestro comercio especializado, no dudéis ni por un momento en adquirir. Ideal para tapear, con marisco elaborado a la manera más sencilla, plancha, vapor, o con el quesito que más os apetezca. Cava informal, presentado en envase ligeramente distinto y con un muy buen precio. Si lo encontráis por menos de 13-14€ ni lo dudéis, es un buen precio, a pesar que, naturalmente, podéis verlo a un precio más elevado…la ley de la oferta y la demanda. Si lo probáis, os podéis hacer fans.
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