De un tiempo a esta parte, la palabra «memoria histórica» se ha puesto de moda… pues como está de moda, hay que aprovecharla… Porque si hablamos de hacer memoria de Vilafranca, capital de la comarca del Penedés, a unos 50 kilómetros de Barcelona, y de su centro histórico y neurálgico, de la Rambla de Sant Francesc, en donde mucha gente de la zona, ha quedado alguna vez en su vida con los amigos, es hablar de este establecimiento que hoy nos ocupa. CASINO. En muchos pueblos de nuestro país todavía podemos encontrar hoy en día «el centro», «la sociedad», «el ateneo» o «EL CASINO» … y en Vilafranca, desde los años 80, el establecimiento ha formado parte del entramado gastronómico de la zona, a partir de una nueva gestión familiar que se ha mantenido desde el siglo pasado.
El restaurante – cafetería Casino ha evolucionado a medida que los tiempos han ido cambiando. Desde 1978, y con la familia Segura al frente, el establecimiento ha crecido pasito a pasito. En la actualidad nos propone desde un menú diario, a una carta más que completa, pasando por pizzas, cocina informal, tapas, y una cafetería espectacular. En el centro de una de las arterias más principales de la Villa, la Rambla de Sant Francesc, encontramos cocina de mercado, trabajada con claridad, platos sin critica posible, el menú diario que os comentábamos más arriba, sin olvidar los desayunos de cuchara, bautizados en la zona como de “forquilla i ganivet” (cuchillo y tenedor) , que llegan a su punto más álgido los sábados, en que, en los aledaños del establecimiento se lleva a cabo un mercado semanal al aire libre que reúne a lo más variopinto del lugar, digno de visitar. Los precios más que populares ayudan a hacer de CASINO un restaurante – cafetería – pizzería para todos los gustos y segmentos… vaya, que lo convierten en una solución de cada día a la hora de recuperar energías, a partir de un sencillo desayuno o terminando en una opípara comida o cena. Los martes, por sistema, elaboran una rica fideua, y los jueves, paella al canto. Céntrico y asequible. Casco antiguo histórico a pocos metros. Para terminar, os relato algunas de las cositas que podeis encontrar en la carta de invierno…
Para picar: alcachofas a la brasa (temporada), croquetas de jamón ibérico o setas, laminas crujientes de alcachofa con sal de tomillo, mejillones de roca al vapor, «calçots» (cebolla alargada de temporada, muy apreciada en la zona), pero en este caso rebozados y acompañados de la salsa típica (bien rica), lacón y pulpo al estilo gallego, gambas ajillo, surtido de ibericos, jamón de bellota…a todos estos platillos y algunos más los han bautizado en el establecimiento como «especialidades para TAPICAR, una palabra fusionada a partir de tapas y picar, que les ha quedado muy original. En cuanto a pasta, el abanico es interesante…espaguetti, tagliatelle, gnocchi, tortellini, panseroti, rcotta, girasoli…En el apartado pizzas, prácticamente una veintena de referencias entre las que, claro está, os destacaremos la bautizada con el nombre de la casa, y que lleva tomate, mozzarella, huevo frito, camembert y jamón dulce. Platos principales…ricas sopas como la de pescado o la de «escudella barrejada», originaria de la zona, como pueden ser en otras partes y salvando las distancias, el pote gallego, ensaladas varias, huevos estrellados con patatas paja y foie fresco, revuelto de «botifarra» negra y setas de temporada, salteado de chipirones con alcachofa y «mongetes del ganxet» (judia blanca con denominación de origen), algunos carpaccios como el de buey o el de pies de cerdo…En definitiva, una carta muy completa que va variando en función de la temporada y que espero que os haya provocado algun movimiento interno que, en la medida de vuestras posibilidades y opciones, os cree la necesidad de visitar este establecimiento. Bon apetit.
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