Con los años hemos descubierto, muy a nuestro pesar que la civilización NO siempre ha evolucionado a positivo. Las obsesiones humanas, entre ellas la necesidad de promulgar normas, leyes, obligaciones, estatutos, pautas, y otras formas de control nos han llevado, sorprendentemente, a legislar y prohibir cosas que debería decidir a título individual cada persona, pero que al final, acabamos acatando en grupo, a imagen y semejanza de un rebaño dirigido por un pastor, pastor que, muchas veces no tiene ni las luces ni las capacidades para ser director, ejecutor o sugeridor de nada.
Y esto viene al caso porque de lo que ahora hablo es un tema delicado. Una zona de arenas movedizas, en las que hay que vigilar con mil ojos para no caer en ellas. CIGARROS PUROS. Ay! Amigos, con el humo hemos topado. Al igual que en el tema gastronómico, en donde somos los únicos sobre la tierra que no comemos SOLO para sobrevivir, sino también para disfrutar, el tema de los puros NO nos lleva sencilla y puramente a fumar. En el caso de los cigarros puros, que no es el de los cigarrillos, todo un mundo los rodea y envuelve, algo que es más ritual que otra cosa. A veces, he llegado a pensar que, sin una buena tertulia, después de una buena comida, quemando un buen puro, seguiríamos en la zona neardenthal de la evolución humana. En la elección particular de cada persona está el decidir si, unos de sus momentos de ocio incluye un cigarro puro, una película en versión original o una tarde de pesca a dos millas de la costa. En caso de ser aficionado a la primera de las opciones, seguramente usted conocerá, en su zona habitual de vida, un lugar donde proveerse del citado material. Pero en caso de que viaje, viva o se encuentre circunstancialmente en Sitges, población marinera a 30 minutos de Barcelona por autopista (de pago, y cara, pero rápida) le ofrecemos la solución a su necesidad. En el centro del bonito pueblo marinero, en la paseada calle Parellades, a la altura del 78, usted dispone de una expendeduría, (a mí me gusta más la palabra estanco) en la que encontrará, mimados y cuidados en una cava humidificadora de tamaño importante, todas aquellas referencias que pueden depararle una tarde de paz, unas horitas de buen rollito o, porque no, una excusa ineludible para preparar una reunión con los amigos. José María Marcé, su propietario, es “master” en el tema (alguna palabra en ingles siempre “mola” más…) y os sabrá asesorar, recomendar e informar en función de vuestros gustos y, como no, también, cosa importante, vuestro bolsillo. Lo dicho: para fans de los cigarros, en Sitges, ya sabéis donde acudir. No os sintáis perseguidos.
Comments 0