Si os gustan las casas antiguas, con historia y con solera, os presentamos una que tiene lo suyo…además, con el detalle añadido de que, sus actuales propietarios, han intentado mantener todo el espíritu original, en la medida de sus posibilidades, y creo que, francamente, lo han conseguido en grado sumo. Estamos hablando de la “Torre del Gall”, una preciosa masía ubicada en mitad (verdad verdadera) de las viñas del Penedés, cerquita de Barcelona , en el diminuto pueblito de Sant Cugat Sesgarrigues, y algo muy principal, muy bien comunicada.
La distribución de la”Torre del Gall”, a la manera de la Masía tradicional catalana, nos permite multitud de posibilidades y escenarios…Una boda puede lucir espectacular en cualquier época del año, puesto que el escenario climático cambia tanto los decorados naturales de la campiña que podríamos decir que en cada estación, nos encontramos con una Masía distinta, y la utilización de su interior como complemento a sus zonas ajardinadas, nos asegura un evento con absoluta garantía a pesar de que surjan inclemencias del tiempo. Por otro lado, el equipo humano de La Torre del Gall nos garantiza un servicio cien por cien profesional, con detalles que van más allá de la pura obligación contractual. Tanto en calidad de servicio, de producto, de presentación y de originalidad en cada uno de los actos en los que nos veamos involucrados. Desde la dirección nos presentan, en el apartado gastronómico, un montón de propuestas llamativas, innovadoras, bien cocinadas y mejor resueltas. En definitiva, una de las mejores y más recomendables opciones para todo lo referido al ámbito festivo y gastronómico en la provincia de Barcelona. Además, podemos contratar toda la casa en exclusiva y disfrutar de todos sus rincones. Y por si fuera poco, y en el ámbito de las bodas, podemos disponer de una capilla fantástica en la que cualquier enlace adquiere rango real . La gerencia de le empresa es de un servicial que hace difícil no ponerse de acuerdo con ellos a la hora de contratar sus servicios. Os lo digo. Más que genial.
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