Siete años de recorrido tiene ya en Vilafranca del Penedés (a 40 kilómetros de Barcelona) el establecimiento del que os hablamos. Es por tanto, un restaurante/tapas/bar con un curriculum importante basado en una sólida concepción, creada a partir de la profesionalidad adquirida en otros locales por parte de la familia que lo regenta. Para empezar, os diremos que su “terracita” exterior, es de las más pequeñas con las que nos hemos encontrado a lo largo de nuestro recorrido por la zona, con lo cual, si sois de ese tipo de personas a las que agrada el aire libre, no lo tenéis imposible, pero si un poco complicado…hay poquísimo espacio. Pero vamos al interior, que ahí sí que hay mucha tela que cortar…La idea de la familia Segura, en este caso encabezada por Joan Carles era la de apostar por un local moderno, luminoso, y decorado sin barroquismos,buena madera, mesas, sillas y bancos cómodos, barra vistosa y alturas importantes hasta el techo, circunstancia que, por la arquitectura del lugar, se pueden permitir y que nos da una sensación de amplitud.
Aprovechando el empuje que de un tiempo a esta parte han adquirido las tapas como manera de comer, en Platets han “reconducido” el tema, buscando una variante sencilla y contundente … han hecho las tapas… un poco más grandes. Podríamos perfectamente llamarlas medias raciones. A partir de ahí, podemos organizar, porque no, una comida completa basada en esta oferta. De hecho, encontraremos multitud de combinaciones y también la posibilidad , al mediodía, de utilizar una formula bastante interesante, y por lo que hemos descubriendo, exitosa: Un menú a partir de dos tapas (platets)a escoger, más plato sugerido del día, más bebida, que va variando, todo a un precio cerrado. Interesante. Os damos un ejemplo de lo que os podeis encontrar en dia cualquiera…Ensalada verde, xató de Vilafranca, bravas, carpaccio de buey, tostadas de pan de vidre, pizzeta de calabacín, revuelto de bacalao con espárragos, salteado de ajitos tiernos con tiras de calamar, surtido de croquetas, brochetas de pollo crujiente, lacón gallego, rissotto cremoso de berenjena…y más cositas. Esto solo es un apunte.
Por la mañana también, y como es natural, podremos disfrutar de un mini-desayuno, con unos bocatitas crujientes, zamparnos una pieza de bollería recién horneada o, porque no, un par de tapas ligeras. Un consejo … dejaos llevar por las sugerencias de los profesionales del establecimiento y que sean ellos los que os recomienden lo más interesante del día, nadie mejor que ellos para saber lo que se cuece, y nunca mejor dicho. Os recomendamos, entre otras muchas cosas, el carpaccio de pies de cerdo y butifarra negra (un día es un día), la cazuelita de provolone acompañada de pa de vidre, las piruletas de gambas rebozadas con crujiente de quicos, las brochetas de pollo a la salsa yakitori con fideos de arroz, el canelón de setas con crujiente de idiazábal, mini-hamburguesas, magret de pato, filete de buey… En definitiva, no penseis que lo que va a encontrar es más de lo mismo. Presentaciones originales, vistosas, y sabores contundentes. Cierra los miércoles. Los fines de semana mejor reservar, el local es grande pero no infinito, y además, está de moda. Y ya sabe que esto de las modas tiene pequeños inconvenientes.
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