Cada día encontramos menos establecimientos de aquellos de los que, cuando estamos en familia o entre amigos nombramos como «los de toda la vida» donde hacen «los canelones como los de mi abuela» o donde el sabor de tal o cual plato «nos recuerda nuestra niñez». Pero por suerte, aun no esta todo perdido…El pollo, el conejo, las costillas de cerdo o de ternera, todo cocinado con una brasa de leña inmejorable, junto con los guisados que antes comentábamos, los «de toda la vida», como pueden ser el rabo de toro, los canelones , el civet o el fricandó (guiso con carne, casi siempre de vacuno, elaborado con un sofrito de cebolla, tomate y otras verduras que se cocinan junto con la carne y que casi siempre suele incorporar rovellons), son algunos de los platos estrella de esta rostisseria. El establecimiento esta regentado por la segunda generación de unos reconocidos profesionales del sector que utilizan muchos productos de proximidad y de calidad contrastada. Disponen también de una amplia terraza que en las tardes noches de verano es una delicia. Interior no muy grande, decorado rústicamente y con cocina a la vista. Sin trampa ni cartón. A lo largo de la semana, y al mediodía, elaboran y ofrecen un par de menús distintos, uno de ellos consistente en medio pollo asado a la leña con guarnición por aproximadamente 10€ que está más que delicioso. Céntrico, frente a las ramblas de Vilafranca, con amplio pàrking cercano. No hay excusas. Trato agradable, familiar, buenos productos, vinos y cavas de la tierra.
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