En el año 1965 del siglo pasado, y en Sitges, en la Calle Parellades, nos podíamos encontrar perfectamente con la bodega Sitges Bon Estar. Unos taburetes, unos toneles, unos vinos o licores, unos turistas … vaya, lo que era lógico en esos tiempos. Sólo se trabajaba, y mucho, en verano, cuando los veranos eran veranos en todos los sentidos de la palabra, cosa que como otras, también ha desaparecido.
Allá por 1975, y aprovechando que la bodega estaba ubicada en los bajos de la casa de la familia Suñe, que era la propietaria y regente del negocio, se empezaron a hacer mejoras. A modo de anécdota, hay que decir que la primera peña Barcelonista estuvo ubicada en este establecimiento, cuando ya era bar – cafetería. De eso ya han pasado cuarenta años de nada. De los cafés y la cervecita se pasa a los platos combinados, de los combinados a la cocina un poco más elaborada y de ésta, ya partir más o menos de 1990, Sitges Bon Estar se convierte en el que hoy en día podemos encontrar. Y así lo explicamos a grandes rasgos. En la actualidad, tres de los siete hermanos de la tercera generación de los Suñé son los que están al frente de este establecimiento. Carmen, Mercé y Manel. La última reforma, porque lo cierto es que en eso no se detienen, se ha llevado a cabo sobre el año 2010. Desde entonces y hasta la actualidad podemos seguir disfrutando de buena gastronomía. Tenemos al mediodía un menú, el bautizado con el nombre del restaurante, sobre los 14,50€ y uno un poco más económico aún, que ronda los 10€. Los arroces tienen su protagonismo en este establecimiento, y el caldoso con bogavante y almejitas es digno de mención. Hablando de almejas, imposible obviarlas con salsa verde. Para picar antes del tema principal, podéis probar las croquetas de espinacas y quesito de cabra. Las ensaladas muy logradas y con una presentación excelente. Entre la decena o más de entrantes, os podemos recomendar las habitas salteadas con calamares, o el ravioli de gorgonzola i pera con salsa de nueces. Gran variación en carnes y pescados, os recomendamos el bacalao, por ejemplo confitado con salsa romesco y verduritas o acompañado de pasta won ton y vinagreta de frutos secos. Infinita carta de postres, se nota que son muy dulces. Entre ellos, el «V de Víctor», el «Pega dolça» o el helado de cactus «Pita Haya». Hay más, pero todo ese más debéis descubrirlo vosotros. Y si no, os estáis perdiendo algo bien, bien, bien bueno. Recomendable en todos los sentidos. Excelente relación calidad – precio. Y recordad el lema de Sitges Bon Estar…»Cocinando, comiendo, disfrutando…» a que estáis completamente de acuerdo?
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