LA FABRICA

En 1999 cerró sus puertas un histórico. Una de las fábricas más importantes de pasta para canelones del país. Muchísimos de nosotros comimos, seguramente, en nuestra infancia, canelones de la mama o de la abuela con pasta “La Teresita”. Y aunque parezca que todo acaba, no es así. Más de 125 años de historia no podían fundirse a negro. Por eso nació “La Fábrica”. Un restaurante que se ha mantenido hasta hoy prácticamente sin inmutarse. Con una carta pétrea, con un pescado y una carne del día en rotación, con una pasta y un arroz del día en rotación. Y con algún mítico inalterable con el paso de los años como puede ser el Yakisoba. Fideos, bacón, col y salsa jengibre, según reza en su carta…pero es que están sencillamente espectaculares desde prácticamente, el día que abrieron. Algunos fijos más como la ensalada La Fabrica ( que sería de un buen restaurante sin una ensalada de la casa) y que tiene un secretillo….cada día varía un poco pues lleva pescado, el pescado del día, que no es cada jornada el mismo…El milhojas de verduras a la parrilla, o algunos carpaccios son también fijos. El yakitori con cuscús también es irremplazable. Buenos vinitos (tiene una comercial en paralelo que se dedica a la exportación-importación de vinos y cavas, con lo cual están bien informados y surtidos) y amplio catálogo de cervezas de calidad. Por descontado, el sushi y los makis están también incorporados al menú diario sin excusa. El local es luminoso, dispone de dos comedores y algún rinconcillo extra y el estar acondicionado sobre los muros de la antigua factoría transmite un aire muy industrial, sobretodo en la zona de toilette. Servicio agradable, personal extremadamente joven, cocina prácticamente a la vista y en general, local agradable. Globalmente no es excesivamente caro. No admite reservas pero son bastante agiles a la hora de acomodarte (sobre todo Xavi, que tiene una visión del espacio muy profesional) con lo cual la espera, y con una cervecita tostada mejor, no se hace larga.