COMO HEMOS CAMBIADO…

 

Justo ahora, con el 2021 en puertas, se van a cumplir 30 años desde que un grupo muy conocido del siglo pasado, Presuntos Implicados, lanzara al mercado uno de sus grandes éxitos…»Como hemos cambiado», el mismo titulo que da nombre a este articulo. 

Visto ahora, y con el paso del tiempo, nos damos cuenta de cuanta verdad contiene la frase. Todo y todos ha/hemos cambiado una barbaridad. Y como no, la gastronomía, la hostelería, el asunto de dar de comer a la gente, también. Y mucho.

Hace 60 años, allá por 1960, y en la plenitud de sus vidas, nuestros padres tenían por costumbre visitar el «Bar Paco» y al mediodía, a la hora de comer,  se zampaban, por ejemplo, una tortillita de patatas y unas judías con chorizo, con su pan, su vino y su Casera, por 12 pesetas.

Pasaron 10 añitos de nada y Paco progresó gracias a mi padre y a otros currantes como el que encontraban en ese establecimiento buena comida y buen precio. Bar Paco pasó a llamarse «Mesón Paco». La tortilla ya era al gusto y las judías con chorizo se transformaron en «fabada asturiana». El precio, 55 pesetillas de nada.

Paco estaba imparable. En 1980 inauguró «Restaurante Snack Bar Paco» y ofrecía una ración de tortilla con patatas y cebolla y un puchero de fabada Asturiana para compartir. Se incluía una cañita o copa de vino y postre de la casa. El café no entraba. La cosa subió a 160 pesetas.

Allá por 1990 Paco ya iba lanzado hacia el éxito. Pasó a llamarse «El rincón de Paco» y ofrecía «mini tortillitas naturales guisadas en salsa campera y judías al estilo de la abuela». 375 pesetas tenían la culpa.

El año 2000 fue un cambio de todo. Para algunos, incluso de siglo. Paco ya no tenía su «Rincón» . Ahora se llamaba «Paco’s Delicatessen» y en su distinguido local podíamos encontrar «tortilla cuajada con cebolla roja Italiana, y alubias de Tolosa con su salsa espumosa de foie. Agua, vino, pan y postre de la casa. El asunto ya nos salia por 990 pesetas.

En 2010, la cosa, con el asunto del euro, ya se salió de madre. «Paco’s Delicatessen» desapareció para convertirse en «Gastro-Bar Francis». La degustación de tortillas con huevos ecológicos de gallina rubia de corral acompañadas de unas mini-alubias cultivadas al sol de poniente nos costaba 49 euros.

La cosa ya no se podía parar. En 2017 Paco, Francis, decide ir más allá e inaugura  «El Celler de Can Françoise». La oferta, «deconstrucción de tortilla con gas carbónico de agua de manantial natural, esferificaciones de cebolla ecológica sobre cama de alubia macha y ligeros toques de musgo de la Bretaña. Bebidas aparte. Pan aparte. Cafe aparte. El resultado final, 299 euros de nada.

A mi, personalmente, la vida me llevó por otros derroteros y abandoné muy joven mi barrio, mi pueblo. Y justo ahora, despues de muchos años de vida y de haber olvidado todo eso, tuve la oportunidad de volver a mi pueblo. Y pensé…voy a tomarme una caña al «Bar Paco», «Mesón Paco», «Restaurante Snack-Bar Paco», «El Rincón de Paco», «Paco’s Delicatessen», «Gastro-Bar Francis», «El Celler de Can Françoise» o como fuese que se llamara ahora el lugar. Solo para recordar los viejos tiempos.

Al llegar, me detuve frente al establecimiento. Me quedé de una pieza. 

En la puerta, el cartel, el nombre y la oferta…»Paco Liu Chen, Wok» . Toltilla de lo que quielas y celveza Cluzcampo. Tles eulos.

Una grandísima pena recorrió todo mi cuerpo. Respiré profundamente mientras una pequeña lágrima se deslizaba, traicionera, por mi mejilla. Que nos ha pasado?. Que lejos ha quedado aquella buena gastronomía. Me puse las manos en los bolsillos, baje la mirada y me fui calle abajo pensando que teniamos lo que nos mereciamos. Justo a la vez,  me vino a la cabeza una canción. Y comencé a tararearla. Cuanta razón tenían Presuntos Implicados… Como hemos cambiado…