Es este un restaurante a pocos minutos de la capital de la comarca, Vilafranca del Penedés, concretamente en el municipio de Pacs del Penedés.
Si no os queréis perder, que es muy posible puesto que la dirección del lugar es difícil de «colocar» en un GPS estándar, es cuestión de dirigirse hacia las bodegas de Miquel Torres en Pacs del Penedés . Seguid las indicaciones que iréis encontrando en la carretera.
Justo en el momento en que dejais la carretera principal para encaminaros a las instalaciones de este reputado elaborador, y a no mas de 300 metros a la izquierda, encontrareis el desvio que os lleva al restaurante. (Ojito, hay que estar atentos, el caminito esta entre viñas y una distracción minima os hara pasar de largo) Por si os sirven, las coordenadas GPS son las siguientes : : N:41º 20′ 57″ E:1º 40′ 12″
El entorno es bonito, el típico de la zona, con mucha, mucha. mucha viña y también mucha tranquilidad y naturaleza. Un Restaurante…en mitad de la campiña!!!
La cocina cambio hace unos años con la nueva dirección, desde finales de 2013, y nos encontramos con un producto básicamente de temporada, de la zona, fresco y con garantías. Pero la NUEVA dirección tiene una visión muy alejada del anterior modus operandi de este establecimiento, que lo único que ha mantenido de antaño es el nombre.
Os recomiendo cualquiera de los platillos que elaboran a la brasa, como por ejemplo la botifarra de La Llacuna con mongetes de Santa Pau, plato verdaderamente autóctono. También el xurrasco con chimichurri y patatas panadera, las ¨costillitas» de cordero con salteado de setas, el secreto de cerdo ibérico con patatas «al caliu» (brasa) y tomatitos al horno. Rico, rico, rico.
En cuanto al morro, el mejor es el de bacalao con verduritas, y el pulpo con parmentier de patata y pimentón de la vera está de vicio…(yo soy super-fan de éste plato…) porque el sabor que le imprime este tipo de cocción a la brasa es más que difícil que podamos conseguirlo en casa.
Unos ejemplos fuera de la brasa pueden ser el filete de ternera D.O. Girona con reducción de ratafia, la hamburguesa de buey y escalivada con pan de pipas y el bacalao con miel y mostaza. Los daditos de atún con mermelada de cebolla de Figueres y queso de cabra pueden ser una buena opción.
También el salteado de calamarcitos con habitas baby y jamón ibérico o, aunque estemos en el Penedés y no al otro lado del mundo, el curry verde de pollo de corral al estilo tailandés. Definitivo.
Abren cada día excepto los martes, y al mediodía elaboran un menú más que digno a un precio más que interesante que ronda los 10€ . Por las noches, y de momento, solo abren los viernes y sabados .
Eso si, la terraza es relativamente pequeña, 25 personas ya son multitud, y los dos comedores interiores también tienen un tamaño reducido, por lo que, y sobretodo en la terraza, hay que reservar ineludiblemente.
Pensad que una cena entre viñas y rodeados de bosque y en mitad de la campiña tiene un valor añadido difícil de cuantificar monetariamente.
No hace falta que os diga que las noches, especialmente de verano, son ideales. Difícil conseguir una tranquilidad a la altura de este establecimiento. Eso sí, os tiene que gustar el terreno rural, los alimento sencillos pero deliciosos, y el trato amable y llano.
La experiencia vale mucho la pena. Si tenéis oportunidad o viajáis por la zona, es un lugar pintoresco que bien vale la escapada.
Como curiosidad, os podemos decir que podéis concertar paseos en caballo por la zona, puesto que justito al lado del restaurante está ubicada una Hípica que puede hacer las delicias de pequeños y no tan pequeños.
Zona y paisaje típicos. Interesante. Abstenerse superfans de las grandes guías culinarias que bautizan con estrellas, tenedores, medallas, soles y demás dibujitos. Para los que les gusta comer bien y punto.
Buenas presentaciones, raciones dignas y calidad de producto. Ya me lo contareis.
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