Si tenemos que “bautizar” a cada restaurante con una frase o con pocas palabras, para así concretar aquello que os podéis encontrar en vuestra visita, la palabra que puede distinguir al que hoy nos ocupa es “casero”. La cocina casera, la de siempre, de las abuelas, de las madres, con productos de la huerta, de los que se cultivan lo más cerquita posible son un buen reclamo para muchos de nosotros. Otra de las cosas que nos puede mover hacia un restaurante u otro, pueden ser los canelones. Y en Can Lloses los tienen más que dominados. No en vano llevan ya unas decenas largas de años regentando esta “masía-restaurante”. También son grandes especialistas en productos a la brasa, con lo cual el corderito, la ternera, las alcachofas, los calçots (cebollino tierno de temporada asado a altas temperaturas) con salsa y otros sabrosos y sencillos productos como los pies de cerdo, el pan de coca crujiente con diferentes aderezos (embutidos, verduras asadas…) están más que recomendados. En la temporada de frio la escudella (sopa catalana más que completa) también tiene un éxito arrollador. A pesar de que disponen de unos salones bastante amplios, os recomiendo que, si os apetece ir a comer un fin de semana, toméis la precaución de reservar mesa…suele estar completito…También corren los rumores, y estos bastante ciertos de que algunas de sus tortillas “especiales” tienen su puntito. Un «bocado», de entrada tan sencillo como una tortilla, os puedo garantizar que, con una copa de Juve & Camps Essential, pasa a ser comida de dioses.
En temporada os recomendamos probar la de calçots (el cebollino referenciado hace unas líneas) melosa y suave. En verano disponen de terracita en el exterior, cosa que le da su puntito. Es bastante recomendable dejarse asesorar por los camareros a la hora de las sugerencias. También disponen de un menú entre semana bastante económico, unos 11€
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