Sorpresas te da la vida. Y lo digo porque es muy difícil, en los tiempos que corren, retomar un negocio con años, (casi 150) y años a sus espaldas (y los vicios que esto comporta) y volver a ponerlo donde se merece. Y más si hablamos de restaurantes. Pero en la vida, muchas de las cosas que pasan pueden compararse con el mundo animal…hay personas que son como avestruces, otras como liebres, otras como caracoles, otras como búhos…y no hace falta que os describa las características de cada uno, seguro que vosotros ya entendéis la comparativa. En Casa Joan han optado por la filosofía caracol. Paso a paso, sin prisa pero sin pausa…
Imaginemos que cae en nuestras manos un restaurante de los bautizados como “tradicionales, de toda la vida”. Con sus decoraciones difíciles incluso para los amantes del vintage, “palabro” ahora muy de moda. Imaginemos que es pequeño. Y también que viene de unos años en los que, la crisis, el cansancio de la propiedad y los precios un poco picantes han dejado solo como fijos a unos pocos fieles. Imaginemos que solo abre las noches de un par de días. Y que los domingos cierra. Y que el menú diario sale a precio de carta. Con todo este “activo”, van, un grupo de …jóvenes!!!!!! y deciden ponerse a las riendas de la cosa. Hay que ser aventurero, tenerlo muy claro ( o no) y ponerle un par, bueno, en este caso, y nunca mejor dicho, tres pares.
Como no, los principios son difíciles, pero se atisba una brizna de esperanza en el horizonte. Y día a día, servicio a servicio, plato a plato, se van ganando la confianza del público. Como suele pasar muchas veces, los comentarios positivos comienzan con los clientes de fuera de la plaza que dejan sus vivencias reflejadas en las redes. Pero como en la filosofía del caracol, que aplican Montse, Raúl e Iván, la paciencia hace, y seguirá haciendo seguro, que los autóctonos recuperen a este establecimiento como uno de los emblemáticos de la zona, porque ya lo es de nuevo.
“Farcellets”, (cestillo) como el de marisco gratinado, alcachofas con almejas, el pescado fresco de la zona, como la merluza gratinada con ceps (hongos)…muy recomendados el steak tartare y filete de ternera con foie y salsa de cava. Déjense llevar por una cocina tradicional con algunos, los justos y necesarios, toques de actualidad, no en vano el Chef sorprende por su juventud. En estos momentos, uno de los imprescindibles (aunque sean pocos) restaurantes de Vilafranca, en el Penedés.
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