Si nos movemos por la zona del Gran Penedès o del Garraf, en la provincia de Barcelona, no encontraremos otro lugar como este. Básicamente porque su entorno, ubicado en el Parque Natural del Foix no tiene comparativa , con pantano incluido, en muchos kilómetros a la redonda.
No es necesario que os recuerde que lo importante en un restaurante es comer bien, estar bien atendido y que a la hora de “la dolorosa” el dolor sea lo más ligero posible. Pero si además es bonito, decorado con gusto y en un lugar con vistas excelentes, pues mejor que mejor. Y aqui se cumplen estos requisitos.
Disponen de una buena parrilla al carbón por lo que, cualquier vianda elaborada a partir de este instrumento, nos traslada a un mundo de sabores espectaculares. Por recomendar, pues una recomendación: el chuletón. Hay que probarlo.
Muy buenos también los caracoles , los terrestres, para todos aquellos que gusten de este peculiar plato. Las butifarras, el entrecot, y la carne en todas sus facetas, rica, rica. El rabo de toro o el pulpo a la brasa también pueden ser un par de buenas opciones. También podemos tapear entre un amplio surtido, en donde naturalmente encontraremos unas patatas bravas especiales. Muchos de nosotros ya sabemos que por unas bravas en condiciones, a veces se tiran millas.
Además de los productos cocinados a la brasa, disponen también de platos de cocina de la buena…pies de cerdo al estilo de la abuela, canelones de bogavante (hay que probarlos). El pulpo a la gallega está rico y las patatas con “sorpresa» pues eso, nos pueden sorprender. Los calamares en tempura al cava y las gambas de Vilanova a la sal tampoco nos dejarán indiferentes. Almejitas al xarel-lo y un punto de picante, o el steak-tartar de la casa tampoco se pueden obviar. Vamos, un abanico más que amplio donde escoger.
Sus arroces, de capa fina y con ingredientes muy originales como la butifarra negra, también son dignos de tener en cuenta, y además, se pueden comer en raciones individuales, todo un detalle. Carta de vinos no muy extensa pero más que correcta en su relación calidad-precio.
El Barretet es un lugar para desconectar . Un entorno natural, al borde del pantano de Foix, un pueblecito de postal, minúsculo y encantador, un lugar tranquilo y delicioso y con unas vistas únicas en muchos kilómetros a la redonda.
Por nombrar un “pero” hay una carretera local que cruza entre el Restaurante y la terraza pero, francamente, la circulación es mínima y si lo comparamos con una ciudad, pues la molestia puede ser de risa.
Las mañanas de los findes El Barretet se convierte en el lugar ideal para desayunar a la vieja usanza. Platos contundentes, bullicio, y un ambiente muy recomendable.
Dispone de una segunda terraza, un escalón más cercano al pantano, con unas vistas magnificas y que en verano es de éxito asegurado. Ni que decir tiene que los fines de semana, la reserva es indispensable, y en las noches de verano, más que obligadas.
A lo largo de la semana disponen también de un menú de mediodía, muy correcto por menos de 16€ todo incluido que está más que bien.
El aparcamiento, sobre todo los fines de semana puede ser un poco complicado, porque el restaurante esta justo en el paso de la carretera local, pero es un detalle que, con un poco de paciencia podemos solucionar sin grandes problemas.
Servicio correcto, profesional, que transmite simpatia y buen rollo, trato sin agobios, y un entorno y ambiente muy positivo y agradable. Para salir con las piulas recargadas al cien por cien.,
Recomendado, y más si comparamos, aunque las comparaciones sean odiosas, con lo que nos encontramos por ahí y que, más de una vez, nos da miedito y vergüenza ajena. Algunos deberian aprender del asunto.
Rural, tranquilo, exquisito y muy recomendable. Ahí queda eso, y me quedo corto.
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