No siempre tenemos que buscar lugares sofisticados que salen en todas las guías de prestigio y donde elaboran algún plato o producto muy especial, tan especial que su propio precio ya indica eso.
Algunas veces buscamos la sencillez, la proximidad, lo de toda la vida, sin más pretensión que tomar un aperitivo, una cervecita fresca, unos berberechos auténticos o un bocata en condiciones.
El añadido a todo eso será el emplazamiento, justo en el centro de la ciudad, a 100 metros de La Casa de la Vila (ayuntamiento) y justo frente a un pequeño mercado al aire de libre de frutas y verduras, que nos ofrecen los agricultores de la zona, con la consiguiente garantía de frescura. Hablamos del bar Can Ramón. Un lugar minúsculo y sin embargo conocido por muchísima gente.
La respuesta es sencilla. Está en el centro de la cosa, allí donde cada año, cuando llega final de Agosto, se reúnen las mejores Collas (grupos) de Castellers, esos conocidos hombres y mujeres que compiten por levantar excelentes torres humanas. Y por allí, en verano, y en su terracita al aire libre situada en un entorno de pórticos que le da un encanto especial, pasa todo el mundo conocido y por conocer.
Si realmente os gustan esos lugares, más allá de la amplitud de la carta que os puedan ofrecer, este es el establecimiento ideal. Buen servicio, profesional próximo, simpático y agradable. Además, siempre puedes acabar enterándote de todo lo que se cuece en la ciudad, cosa muy importante si no eres de allí y quieres integrarte rápidamente. Hay que conocerlo.
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