En algunos lugares, que ya de por si reúnen una serie de condiciones magnificas y únicas, a veces, lo más interesante es ir directamente al grano…aquello que se come y aquello que se bebe.
En el caso que aquí nos ocupa, y en el apartado de lo comible, encontraremos unas bravas más que originales, por no decir irrepetibles…onduladas y con una salsa brutal. Siguiendo con lo originalmente bueno, nos ofrecen unos fiocchi (saquitos de pasta fresca) rellenos de pera y queso. El carpaccio de Idiazabal, la ensalada tibia de berenjenas, los saquitos crujientes de verduritas, los raviolis de formaggio di fossa (queso fuerte de vaca y oveja, italiano como el nombre nos deja ver) o el brie rebozado son también buenas opciones. En cuanto a la carne, el vacio de ternera, el matambrito (rollo de carne con verduras y beicon), medallones de solomillo, magret de pato, picaña de ternera (rabillo de cadera a la brasa de carbón) o la brocheta de langostinos y jamón cumplen perfectamente con su función: dejarnos relativamente satisfechos. En cuanto a algunos platillos extra, os recomendamos el arroz al estilo La Plata, con verduras y crema de ceps (seta muy consumida en la zona) el paquetito de escamorza (queso italiano parecido a la mozzarella y para algunos mucho más rico) con mermelada de cebolla roja, las bolinhas de macaxeira (mandioca y queso), hummus y pita, tabulé, hamburguesa de soja o de garbanzos, esta última con salsa de yogurt y pepino, yuca frita, o porque no, un foie a la sal…
A la hora de lo dulce, disponen de unas opciones (no demasiadas) pero todas bien buenas…yogurt griego con mermelada de pétalos de rosa, crema de la pasión, pastel de nueces con crema de cacahuetes, tentación de chocolate… Y claro está, después de una cena como esta, una copa larga mientras vemos como las estrellas brillan por encima del puerto deportivo. Mojitos, cuba-libres, Caipiroskas, Caipirinhas, piña colada, King Royal, Agua de valencia, Bellini…
En definitiva, el lugar dispone de todo aquello para hacer que nos sintamos los amos del mundo por un ratito, y eso amigos, algunas veces, por no decir todas, es de agradecer. Trato cercano, muy agradable, camareros simpáticos, ambiente agradable y entorno inmejorable. Vamos, que no se me ocurre más. Si os dejáis caer por allí, os tendrán que sacar a la fuerza porque ya no vais a querer iros nunca más. El ambiente y sobre todo aquello que vamos a comer y aquello que vamos a beber nos unirán para siempre a este lugar.
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