En este año ha cambiado de ubicación. Ha pasado de una calle paralela a la que se encuentra ahora, que estaba un pelín más cerca del mar, a la actual. Es un poco más grande que el anterior establecimiento, ha ganado un altillo y una pequeña terraza interior, pero se mantiene en su línea.
En Petit Duval encontramos un oasis de tranquilidad, normalmente entre semana suele estar poco concurrido. Es pues un espacio tranquilo, de techo alto, con decoracion estándar y no demasiado iluminado. Los arroces tienen una buena salida, en cuanto a las carnes el secreto y el rabo de toro entre otros, y en cuanto a las cosas de la mar, el pulpo a la brasa esta bastante conseguido. El arroz cremoso con setas y carrillera de cerdo está entre las cosas buenas, las gamba al ajillo , fideos a la cazuela, y estofado de ternera tienen buena salida.
Servicio correcto, discreto, nada agobiante y servicial. Nada que objetar. Un local recomendado que espero os guste. Desde mi punto de vista, le falta un punto de «alegría» en cuanto a iluminación y decoración, y la cocina, aunque rica, un poco plana. En algunos momentos, en el interior huele un pelín a «frito», no se si es una cosa puntual que me tocó el día de mi visita…
En grupo creo que es de la forma que más se puede disfrutar de este local, para ir probando diferentes cositas. A pesar de que la marca funciona desde 2012, esperaremos un tiempo prudencial para poder sacar una conclusión de la nueva ubicación, la nueva oferta y el nuevo horizonte que sin duda se han marcado como objetivo. Está en el centro de las calles más paseadas y muy cerquita del mar. Interior.
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