Ya lo decía Gato Pérez en una de sus mas conocidas canciones…”La vida te da sorpresas, sorpresa te da la vida…”
Nosotros nos hemos llevado una más que agradable al descubrir este establecimiento, El Centre del Plà.
Los lugares diferentes, con historia, con un pasado entre sus paredes están siempre a la espera de que aparezcan personas que sepan disfrutar de ellos.
Y este es el caso. Montse Nadal y Olga Orisolo , dos mujeres que a la mitad de sus vidas decidieron hacer un giro absolutamente descomunal a sus existencias.
Con unas profesiones alejadas del mundo de la cocina y la gastronomía, deciden ponerse a los mandos de este histórico edificio que nació como centro agrícola y social, y que data de finales del siglo XIX, para dar de comer, y muy bien por cierto, a una población (El Plá del Penedès) que no supera los 1.500 habitantes, y también, como es lógico, a toda la zona colindante, esa gran área que algunos ya denominan “Gran Penedès”.
No tenemos por costumbre hablar de establecimientos que no hayan pasado un rodaje tranquilo y lógico, que se hayan asentado y que empiecen a demostrar maneras. Es por eso que hemos tardado el tiempo que creemos justo y necesario, (dos años recién cumplidos) , para sacar alguna conclusión de la evolución de Montse y Olga, Olga y Montse y su ilusionante proyecto.
De entrada, nos encontramos con un local amplio, de techos altos, poco cargado, que nos demuestra para que se construyo en el siglo XIX …para albergar reuniones de vecinos y ser un poco el centro neurálgico del pueblo.
En la cosa del comer, podemos tapear de una forma informal y probar las patatas bravas de la casa, el queso artesano, buenísimo, o también los pulpitos o calamarcitos ligeramente picantes, sin olvidar los fingers de pollo con salsa de cacahuete…
Con las ensaladas no se complican. Nos ofrecen, como muchos otros establecimientos, la ensalada de la casa (del Centre) que va variando en función de la temporada, pues sabido es que cada época del año nos aprovisiona de distintos productos, y más si los productores están en la puerta de al lado.
También podemos escoger entre las dos visiones distintas de las propietarias…La ensalada de Olga y la ensalada de Montse…a cual más apetecible.
El quesito artesano variado, el gratinado o la tabla de embutidos también es una buena opción para compartir.
Como buen establecimiento de una población con proveedores de cercanía, el asunto de la brasa, aunque con poca variedad, esta muy bien resuelto. La butifarra y los pies de cerdo no pueden faltar, y naturalmente el cordero y el conejo con D.O. comprobada también están muy bien elaborados.
En lo contundente, nos encontramos con un “Capipota” (callos) de envergadura, pies de cerdo guisados (para mojar pan hasta el infinito), gallo del Penedès con IGP (indicación geográfica protegida) pulpo a la gallega al estilo de Olga o algunas sorpresas como el curry vegetal (picante o sin picante), con pollo. Si sois más aventureros, un muy buen Poké (plato parecido al ceviche, de origen hawaiano) que suele llevar arroz, pescado crudo, verdura, y encurtidos, todo marinado con toque asiático)
No olvidemos, si vamos a la casual o informal, las hamburguesas…La maxi de ternera, la vegana o vegetal o la del Centre, las tres para emocionarse (olvidemos las comparativas con el producto de esas grandes franquicias que nos encontramos por doquier…nada que ver…)
Cerrando el circulo mágico, disponen de bocatas de verdad, bocatas especiales como el vegetal con queso o con pollo, el de botifarra con pimiento y cebolla caramelizada, el de sobrasada con brie o también otro formato, el Wrap (parecido a un burrito o taco) de pollo o de salmón ahumado.
En lo dulce, no demasiado donde escoger, pero contundentemente bueno…pastel de zanahoria o de chocolate, “músico” (gran olvidado a los postres) y si nos queda un rinconcito, hay que probar el Yogurt con mermelada y galletas i el Codony casolà con queso.
En el apartado del beber, buenas opciones de vinos y cavas de la zona, tanto en botella como a copas.
En definitiva, uno de esos lugares que hay que visitar si o si, y más en estos tiempos que corren, en los que necesitamos espacios al aire libre, establecimientos amplios, mesas separadas, techos altos y poca presión humana.
Bien comunicado por la autovía c15, que, aunque parezca mentira es gratuita, válgame Dios!!!
Probad, relajaos, y descubrid lo bien que se vive, lo bien que se come, lo bien que se está en lugares como este.
El Centre del Plà del Penedès, en la provincia de Barcelona, a 15 minutos de Vilafranca del Penedès y relativamente cerquita de Barcelona.
Avisados quedáis amigos.
Y buen provecho.
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